De Cerca
Firma de opinión en Cadena SER. 25 de marzo de 2025
Levantarse un día cualquiera, mirar por la ventana y sumar un día más de lluvia. Ponerse la bata, hacer café, recoger una cocina envuelta en la cena del día anterior, leer las noticias y comprobar, un día más, que las preocupaciones diarias, como renovar el carné de conducir, preparar las clases de la Universidad del próximo viernes o hacer la compra, son menos preocupaciones. La Unión Europea nos pide, de buena mañana, que tengamos “suministros de emergencia por si hay una crisis climática o una guerra”.
La conciencia de algunos chicos, como diría Andrea Fernández, “tío, blanco, hetero”, rebufa odio hacia la paz, la tolerancia y la diversidad. Han decidido que son enemigos de no se sabe muy bien qué, y que están en contra de todo lo que ellos no representen. Por suerte, son solo algunos. Pero esos algunos hacen demasiado ruido como para no infectar o contaminar.
Cuesta creer que los algoritmos hayan idiotizado nuestra capacidad crítica, y que las conversaciones en los bares de nuestra tierra sean “qué rico es el hijo de Elon Musk, mira cómo le da manita a Trump”.
Solo un apunte. Si Europa se “rearma”, si está trabajando para garantizar la seguridad de todos los europeos, no es por la dulzura que proyecta ese niño rubio, jugueteando en el despacho oval, sino por las consecuencias de líderes autoritarios que se unen y que construyen, bajo la red de nuestros sistemas democráticos, el mundo que viene.
Ser consciente de ello y críticos con ellos debería llevarnos a la siguiente pregunta: ¿lo vamos a permitir?