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31E. NO es baladí a veces mirar hacia un presente pasado. Nos remontamos a mayo de 2010 y ahí estábamos ya criticando las políticas de Zapatero anunciadas al Parlamento. Después llegó el 15M. Después la sangría del 22 de mayo de 2011 con las elecciones municipales, y más tarde la mayor derrota el 20N del PSOE en las generales. El final ya sabemos cuál es: la injusticia. Y con la bandera de la injusticia podemos entender, precisamente, cómo se mueve Podemos. La comunicación se ha convertido en su arma política, aunque no sepamos adivinar cuál es su política. Muchos son los argumentos, y mucho se está escribiendo. Pero simplemente me gustaría compartir cuatro pinceladas.

1.- El mejor atril en el mejor escenario: Pablo Iglesias ha sabido escoger el mejor atril posible. De la política convencional da un salto hacia la política del “qué hace la gente” o “qué haría la gente”. Podría ser la nueva política, la neopolítica, o la política del “qué queremos, qué reivindicamos”. Ayer, la marcha por el cambio del 31E, ha demostrado que de poco sirven las convenciones o los congresos. No se trata de llenar las canchas, los teatros o los Palacios de Deportes. Se trata de manifestarse por lo que se está en contra, lo que no se quiere, por lo que se ha de lucha. ¿Quién hizo ya esto? Exacto: Luther King. Y mención a los 100 años: «Más de 100 años después, mirando al balcón que está debajo de ese reloj»  Se trata de quejarse de aquellos que no nos defienden, que juegan con el dinero público de todos. Se trata de aprovechar las mareas que a lo largo de los más de 3 años se han ido sucediendo para quejarse de políticas que no va con ellos: la sanidad, la educación, el aborto, los desahucios, los despidos improcedentes… No se trata de propuestas en convenciones. Se trata de hacer política frente a lo que NO se quiere, celebrar una manifestación en contra de lo que NO se quiere, escoger un escenario tan simbólico como histórico como es la Puerta del Sol, y emitir un discurso insuflando optimismo porque frente a lo que NO queremos y están haciendo con nosotros, con la sociedad, SÍ Podemos cambiarlo. Una manifestación, una marcha, un llamamiento frente al NO, que siempre fue el discurso del cambio. Aprovechar ese escenario, es el mejor atril. El mejor atril para hacer política, aunque no haya propuestas. Pablo Iglesias no las necesita porque ya ha conectado con la sociedad. Ya se ha identificado con ellos siendo parte de ellos, no siendo parte de los que le dan la espalda a la sociedad: la casta. Y ha hecho de una manifestación, la mejor acción política. Si Podemos gana es precisamente porque lo apoyarán aquellas personas que saben lo que NO quieren, no porque estén convencidos de lo que Podemos puede hacer por ellos.

2.- El cambio: Felipe González ya hablaba de Cambio. Pero cambio no como afán sólo por cambiar las cosas, sino por el relevo de eras políticas. Toda una filosofía. El Cambio también fue mencionado por el Partido Popular en la Convención que celebraron en 2011. Y Cambio fue la bandera de Pedro Sánchez y Edu Madina en las primarias del PSOE. Y, ahora, Podemos, también pide cambio, pero a través del NO: No queremos un país empobrecido, no queremos más desigualdad, no queremos más estafados por las preferentes, ni más desahucios… etc. Frente a lo que no se quiere, y no queremos que hagan con nosotros, cambio. Sin embargo, creo que a estas alturas la gente no quiere el “quítate tú para ponerme yo”. Desde la Transición y el cambio de Felipe González, el cambio como relevo de eras políticas todavía no ha llegado. Hay que ir pensando en “lo nuevo de lo que está por venir”, frente al más de lo mismo en fechas diferentes. El cambio está manido, desgastado. Ya no es creativo ni original porque la política española ha demostrado que cuando ha habido cambio, nada ha pasado. Todos piden cambio. Pero… ¿quién los cambia a ellos?

3.- La estrategia: Pablo Iglesias critica a Rajoy. Y emite sólo un mensaje directo, llamativo, novedoso, metafórico y fácil de recordar: tic, tac, tic, tac. El tiempo que se le puede volver en contra. Sin embargo… dudo mucho que ese tic, tac le haga mucho daño a Rajoy. Cuanto más critica Iglesias a Rajoy, más daño le hace a Pedro Sánchez y más se consolida el voto del PP. La marcha de ayer fue una colección de mareas. Y en esa colección de mareas había votantes del PSOE o votantes que ya no votarán al PSOE, sencillamente, porque se quedaron huérfanos. Esa izquierda/centro/izquierda cuando quise decir centro que anda perdida del PSOE ya no los representan. Y los valores históricos del partido en los que un día creyeron parecen haberse desvanecido. Podemos se ha hecho con el voto huérfano y también con el voto perezoso. Y eso sólo le hace daño al PSOE.  Como advertí el 17 de octubre de 2013 en Madrid en la presentación de “Se llamaba Alfredo…”, quien se haga con el voto huérfano, ganará las elecciones. El PSOE está perdiendo mucho el tiempo en reinventarse a sí mismo. Un tiempo que bien podría haberse dedicado en apoyar e identificarse con esa colección de mareas que hoy se ha convertido en el grueso estratégico del discurso de Podemos.

 

 

4.- El discurso: el discurso ha sido el del optimismo. Su oferta positiva, aunque no la sepamos, frente al daño que la “casta” le hace a la sociedad, al pueblo que lucha por su dignidad. A) Un lugar: en la Puerta del Sol. Sol, optimismo, que da luz, alegría que ilumina, donde nacen los sueños. Donde han partido ya luchas de muchos españoles humildes sin nada en los bolsillos pero mucho en lo que creer. B) Muchas historias, el relato de españoles ya acaecidas, ejemplos de lo que en el pasado se ha conseguido y el llamamiento de lo que de nuevo se puede conseguir. El relato español y la historia de los españoles como eje central discursivo. C) La repetición como recurso narrativo para el lenguaje en red también, no sólo en la calle, adaptado a todos los formatos en los que se estaba viviendo ese momento del discurso. “Hay que soñar y nosotros soñamos. Pero nos tomamos muy enserio nuestros sueños”, repetía una y otra vez. D) Y además de repetirlo, lo introducía como idea principal de cada párrafo, el mismo formato que el de una lectura religiosa en la misa de domingo de las 12 antes del vermut. E) El lenguaje, sencillo, pero también complejo como quien controla la política y la política en Europa, pero también como quien habla más de lo mismo y poco se entiende porque… ¿cuántos de los presentes podrían explicar las consecuencias de la “reestructuración rigurosa, solvente y honesta?” Eso dijo Pablo Iglesias. Aquí se coló, creo. F) El contexto: hablaba en España de Europa, de la Europa que le afecta a España. Sabe dónde está, qué ocurre y el ejemplo griego de lo que puede ocurrir. Y que lo que puede ocurrir es bueno. Y reta a los de arriba frente a lo que pueden llegar a conseguir los de abajo: ¿Quién ha dicho que no se puede? G) Y por último la metáfora, héroe que somos todos, que podemos ser todos: el Quijote heroico, épico, soñador, él, tú, yo, todos nosotros que soñamos como él, como el Quijote. Un personaje como ejemplo de la marca de nuestro país, que no se vende dice, porque es nuestra cultura, el yo de nosotros mismos, valores y principios. “Hacen falta soñadores que se atrevan a defender a los de abajo, que se atrevan a enfrentarse a los de arriba. Hacen falta Quijotes”. Simboliza a España como el Quijote. Simboliza el sueño de los ciudadanos como lo sueños del Quijote. Y se muestra ante la gente él mismo como Quijote.

 

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Publicado en Beers&Politics el 28 de octubre de 2014

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CUALQUIER tarde puede ser idónea para hablar de política. Más aún si hablamos de una tarde andaluza, como la malagueña del pasado 3 de octubre, donde tan sólo unos pocos locos decidimos levantar la mano para pedir una cerveza o una copa de vino entre palabras que suenan siempre a consejos para arreglar el mundo. Imma Aguilar llegó a Alea como quien llega a poner orden en una casa. Eso quiso hacer ella en esa campaña de primarias cuyo candidato, conociéndola, no podía ser otro que Edu Madina. Quiso coger el timón de un barco desgastado y girar hacia un rumbo nuevo, quizás desconocido, pero al menos el nuevo que muchos demandaban. Quiso poner orden en el caos, luz donde no la había, creatividad en lo nimio y pasión en el desgaste de muchos años.

Pero era absurdo que Antonio J. Guzmán o yo la presentáramos en el estreno de Beers & Politics Málaga. Los dos conocemos bien a esta gran profesional, pero quien mejor podía hablar de ella era su candidato.

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Así la presentó Edu. Así trasladamos sus palabras aquella tarde. Y entre la sonrisa de quien recuerda un cercano pasado que pudo ser mejor, Imma Aguilar compartió su experiencia como directora de la campaña de este político vasco.

“Vamos a hablar de democracia radical”, dijo, “¿hubiésemos podido hacer lo que queríamos? No lo sé”, se sincera. Porque sí había grandes intenciones de transformación hacia lo que parece obvio en nuestro tiempo pero que ningún partido de los de siempre quiere ver. Arrancó su charla hablando del 15M y de la consecuencia del nacimiento de la nueva política. También del escaso apoyo que tuvieron del partido a lo largo de la campaña. Y una frase para reflexionar: “las primarias son la gran esperanza de los ciudadanos para que ellos piloten la transición”. Imma es de las que piensan que la gente no quiere participar, “lo que quiere es influir y cambiar, con su aportación, las cosas”.

¿Son las primarias una estafa? Bajo su experiencia, era consciente de que oía los disparos, iban tras ellos, tan sólo porque diseñaron una campaña radical cuyo objetivo era romper con los esquemas del convencionalismo. “Y en este escenario toman protagonismo las primarias abiertas, esas votaciones para que el electorado escoja a quien cree que puede ser el mejor candidato para ganar las elecciones. Esa fue precisamente la gran promesa socialista, todavía por cumplirse. Ese producto, uno de los más valiosos e importantes de su escaparate, generó una enorme ilusión entre el electorado progresista, y no solo entre la militancia del PSOE, porque significaba el primer paso hacia un proceso de regeneración democrática”, escribe Imma en El Confidencial. Era consciente de que la intención de la sociedad había que medirla también en términos cualitativos, no tanto de cuánta gente iba a ir a votar, sino de qué quería la gente.

Diseñaron dice, una campaña basada en el amor, pilotada por profesionales ajenos al carné del partido, liderada por una mujer, basada en la movilización, abriendo puertas y ventanas para que todo aquel que quisiese se sintiese libre para ayudar. Era la primera vez que se hacía esto, independientemente de errores o no estratégicos en función de la audiencia que escogieron para movilizar. Según Imma, Edu decía: “Tenemos que hacer una campaña bella, no podemos engañar a nadie. Que sea pura, de verdad y para cambiar España”.

Lo intentaron. Como también se intentó en el 20N y no se logró, al menos, el objetivo que se marcaron. Pero en campaña electoral, siempre se aprende más de las derrotas que de las victorias. Y de esta campaña todavía hay que aprender muchas cosas.

 

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