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El día de hoy, en que se cumple el octavo aniversario de la mayor tragedia en Estados Unidos, ha sido el elegido por el presidente de Venezuela para visitar España. Hugo Chávez se ha encontrado con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Seguidamente se ha reunido con el Rey Don Juan Carlos, con quien se ha atrevido a hacer alguna broma con respecto a su barba, una barba como la de “Fidel”. Y por último ha revolucionado la Gran Vía madrileña al visitar el gran templo de La Casa del Libro. Triplete absoluto con noticia: el mayor descubrimiento de gas en un bloque del Golfo de Venezuela.

En la famosa librería ha hablado con el presidente de Repsol, Antonio Brufau, y allí han conversado sobre la utilidad del enorme yacimiento de gas natural. Estando aún virgen el asunto, ya se traman, incluso, los beneficios del hallazgo entre Repsol y Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima, PDVSA, aunque Repsol tendrá que repartirlos con la empresa italiana ENI según contrato.

Concluyo con las palabras que Brufau ha hecho públicas en diálogo con Chávez:

.- “Hay que hacer mucho trabajo todavía, pero en dos o tres años ya podríamos tener las cosas mucho más claras. Pero es un yacimiento que da para mucho, podría dar incluso para un proyecto de GNL [Gas Natural Liquado]

Veremos si esta noticia le da un respiro al bolsillo de España que, últimamente, anda un poco escaso de ese sonido que hacen algunas monedillas cuando chocan y chocan en pos de un rumbo sin destino fijo…

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Callao, Madrid, 13.30 horas. Ahí es donde se encuentra cada día, este hombre que vemos en la fotografía. La mayoría de las veces no lo encontramos sólo. Pero se ha convertido en una imagen perenne en el decorado de la Gran Vía madrileña. Esta no es la única ocasión que hablo de la mendicidad en este blog. Sin embargo, llevo muchos meses, incluso me atrevería a decir que algo más de un año, viendo a este hombre en el mismo sitio haga frío o calor, llueva o caigan malditos los rayos del sol. Y es por ello que quería hacerle un hueco en este espacio virtual. Si hablamos con él, no lo oiremos quejarse de una situación que roza la inhumanidad, y pide en la calle segundo tras segundo sin descanso de una manera particular. A diferencia de otros mendigos, este hombre, acompañado en ocasiones, pide unas monedas de una forma original. Puede que sea sinceridad o simplemente muestren contundentemente lo que todo el mundo piensa. ¿En qué se gastarán los pobres el dinero que recogen en la calle? Pues seguramente lo que ronde la mente de todos es lo que este mendigo a escrito en unas cuantas cartulinas blancas. A lo mejor, el motivo de esta forma de pedir, es para que aquellos que se acercan no pregunten tanto… El colaborar con ellos o no, queda en la conciencia de cada uno…

Por cierto, la fotografía no me costó 278 euros… Se puede hablar con ellos, pregúntenles si tienen dudas… No muerden…

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