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“Veo, rodeado de grandes volúmenes, en la Hemeroteca madrileña, el perdurable deslizamiento de las cosas humanas”.

Esta es la sensación que la Hemeroteca le provocó a nuestro entrañable Azorín. La Hemeroteca municipal se inauguró en 1918. De la Plaza de la Villa, donde se encontraba, fue trasladada en 1983 al restaurado Cuartel de Guardias de Corps, de Pedro de Ribera. Un edificio de 1715 situado en la calle Conde Duque. Al poco tiempo de su inauguración, Manuel Machado afirmaba que “el público de lectores llena el amplio local de bote en bote y hay que echar a la gente fuera por falta de espacio. Y eso que algunos han estado leyendo de pie…”. Desgraciadamente, esto ya no ocurre. Este baúl del periodismo, este gran testigo de nuestra historia y guardián de un tesoro de incalculable valor, apenas es visitado. Sólo profesionales, especialistas o investigadores, se asoman para oler, disfrutar y consultar estos abuelos de papel que nos revelaron la actualidad en un momento determinado y hoy nos presentan la historia del ayer. Un día soleado de mayo acudí a ella, como casi siempre, en busca de ayuda y revelos. Desde el pasillo, divisé que la Sala de Lectura de Diarios Madrileños estaba vacía. Cuando entré, observé que una persona escribía en su ordenador portátil al mismo tiempo que consultaba diversos periódicos, éstos expandidos sobre el pupitre. Se trataba de Francisco Árbell, un economista que ha dedicado su vida a dar clase en la Universidad Complutense de Madrid al mismo tiempo que compaginaba su trabajo como banquero. Ahora, ya jubilado, visita la Hemeroteca con frecuencia. En ese tiempo, estaba realizando una investigación acerca de cómo funcionó el racionamiento y la alimentación española entre 1939 y 1952. Ensimismada, me quedé a observarlo. Es difícil describir el rostro de este madrileño cuando consultaba los periódicos, difícil describir lo que sentía cuando estos abuelos de papel le revelaban algo nuevo. Creámoslo o no, la Hemeroteca Municipal es testigo del tesoro de nuestra historia…

 

Fotografía: Ángela Paloma Mf

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