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Y lo han hecho a un ritmo tranquilo, pausado pero sin descanso, gozando en cada momento y en cada lugar, con ritmo, acompasando los alientos a pesar de algún otro grito…, sabiendo que cada movimiento era una sensación nueva que disfrutar y que gozar más de la anterior. Se han recorrido cada rincón de la geografía, como si de sus cuerpos se tratase, para alcanzar la máxima plenitud…  Ese 38 Congreso Federal… Delegados. Esta vez sí… Esta vez, sí.

Carme Chacón, después de dar un paso atrás el pasado mes de mayo y quedar amputada para gozar de ese Bolero, ha dado un paso al frente porque ha creído que era lo que necesitaba su partido en estos momentos. Pero la trayectoria no ha sido fácil por la lluvia y esa «compañía» no bien vista. Después de todo, su mensaje ha sido ilusionante y movilizador: “levantemos a este partido, levantemos a este partido”. Ha querido hacer el amor con el Bolero de Ravel nada más y nada menos que con Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero en la última nota de ese Bolero, en la última, quien ha gozado de la mayor satisfacción de la que se puede gozar ha sido el que fuese vicepresidente del pasado Gobierno español y su compañero.

Hoy ha sido el momento decisivo, el que el Partido Socialista Obrero Español esperaba. Y finalmente ha ganado la experiencia, lo que a principios de enero de este año Txiki Benegas llamó “el cambio con seguridad”. Rubalcaba ha sido elegido hoy Secretario General del PSOE con 487 votos, 22 más que Carme Chacón. Una fina línea que separa dos cambios en un partido que quiere tomar un mismo rumbo con nuevas fronteras. Un nuevo rumbo pero, tal y como ha declarado el propio líder, con un partido unido.

Rubalcaba y Chacón han hecho el amor con el Bolero de Ravel, esta vez sí, hasta el final…

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EN estos momentos, mientras escribo estas palabras, el PSOE está emitiendo en directo su 38 Congreso Federal. Cientos de mensajes positivos se están escuchando por voz de aquellos que ya han participado. Mensajes positivos.

La semana pasada tuve la oportunidad de asistir como invitada al acto en el que participó Felipe González, Patxi López, Alfredo Pérez Rubalcaba y María González Veracruz. Allí, el que fuese presidente del Gobierno español en los duros años donde se abandonó mucho para empezar tantas otras cosas, dijo dos frases que tuvieron gran relevancia. A sus años, no representa la juventud de hoy ni la era del lenguaje 2.0, pero sí se identifica con todos cuando dice: “creo lo que digo y hago lo que creo”. Y cuando hace lo que cree, pocos asesores necesita. Ahí tenemos un mensaje positivo. ¿Y al referirse a Chacón? La quiere mucho, pero.. “Que no interpreten mis silencios, que al menos interpreten mis palabras”. La cuestión, en comunicación, es que hay muchos silencios que se interpretan, quizás demasiados; y algunos son más necesarios y potentes que algunos vacío de contenido. De nuevo, mensaje positivo.

En ese acto, el público objetivo era un grupo militantes del partido que necesitan escuchar palabras con ilusión, ganas, fuerza, y esperanza. Un discurso que los haga crecer, no que los entierren en el mismo hueco pero más profundo. Y eso intentaron los que allí estaban o los que allí apoyaban a Alfredo Pérez Rubalcaba para darle la oportunidad, este mismo fin de semana, de ser el próximo Secretario General del Partido.

Paulo Coelho, en su obra “El vencedor está solo”, argumenta: “Cada vez que veía en los periódicos o en las revistas a los políticos de siempre utilizando el calentamiento global o la destrucción del medio ambiente como plataforma para sus campañas electorales, pensaba para sí: “¿Cómo podemos ser tan arrogantes? El planeta fue, es y será siempre más fuerte que nosotros. No podemos destruirlo; si traspasamos una determinada frontera, nos eliminará por completo de su superficie, y seguirá existiendo. ¿Por qué no hablan de “no dejar que el planeta nos destruya”? Porque “salvar el planeta” da sensación de poder, de acción, de nobleza. Mientras que “no dejar que el planeta nos destruya” puede conducirnos a la desesperación, a la impotencia (…)”.

Las consecuencias de lo que decimos pueden dar lugar a sensaciones que no esperamos y que no queremos transmitir. El PSOE, en su batalla interna por el liderazgo, quería conseguir una sensación determinada sin el ataque al partido que hoy es más rival que nunca tras las elecciones del 20N, el Partido Popular. Y no lo hizo, no ataco. Todos ellos aludieron a un contexto económico que España no se merece, pero todos los mensajes fueron en positivo, ilusionantes, haciendo uso del storytelling como lo hizo Patxi y haciendo partícipes a los asistentes de su mensaje, porque es a ellos a quienes hay que conquistar ahora. El momento no son unas elecciones a la presidencia de un Gobierno. El momento son unas primarias, unas elecciones de carácter interno. Los votantes son otros. Y los candidatos también son otros. Adaptar el mensaje y saber conectar también es sinónimo de éxito… si se consigue. Pronto llegará El momento decisivo

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