Diario de campaña. Día 15: El final
Publicado en BEZ el 18 de Diciembre de 2015
¿Son decisivos los últimos minutos de campaña electoral? No. Decisivos, no. Pero sí oportunos. Ninguna campaña electoral es un mero trámite. Hay partidos políticos que salen “tocados” después de la campaña por varios elementos, algunos salen reforzados y otros aprovechan más las oportunidades. Sobre todo cuando la indecisión del voto se trata más bien de una imprecisión en la decisión del voto del electorado.
En estas elecciones ha habido pocos factores externos que hayan influido contundentemente en los electores para decantarse de manera definitiva. No han existido factores que hayan impactado de manera decisiva en la vida de los ciudadanos como para reaccionar con contundencia. Y es improbable que ocurra el último día de campaña. No obstante, en los últimos momentos, los equipos de campaña perfilan las últimas ideas, las últimas pistas, las últimas notas, las últimas decisiones… Nada será decisivo. Pero todo se convierte en una oportunidad.
Los minutos finales
La gestión del tiempo político es la gestión de las ideas para los golpes inteligentes. Ya no queda tiempo para innovar, pero sí para destacar. Ya no queda tiempo para hacer más de manera diferente, queda tiempo para hacerlo bien, mejor, y hacer que se convierta en trascendental y memorable. Desde bien temprano los candidatos arrancan con sus agendas electorales, que suelen ser más agitada que la de ningún día. Y en cada acto, encuentro o actividad, van con las palabras indicadas en el momento preciso. Cualquier lapso de tiempo, por imprevisto que parezca, puede ser una oportunidad. Por ello suele también existir una máxima tensión no tanto por parte de los candidatos, como por parte de los equipos para que todos salga bien.
El discurso final
Los actos finales de campaña tienen un motivo de movilización de voto importante, pero también de fidelización de los mismos o de inmovilización del adversario. Pedro Sánchez cierra su campaña electoral con un gran acto en Fuenlabrada, Pablo Iglesias lo celebrará en Valencia, como Mariano Rajoy, Albert Rivera lo convoca en la Plaza Santa Ana de Madrid, y Alberto Garzón celebrará su fiesta final de campaña en Getafe. Lo que digan importará. No será decisivo, pero estará pensado para influir. Las palabras sumarán, así como el día a día de campaña electoral y cuyo resultado debe ser una gran historia que contar. Los candidatos deberán ser más precisos, y deberán controlar más el tono y la voz. Provocarán a la retórica para realizar una llamada audaz al electorado. Deberán brillar en el último minuto de gloria que será también el último minuto de paz.
El último llamamiento al voto
La gran protagonista del último llamamiento al voto será la energía. Deben tener reservadas las suficientes como para abordar toda la agenda, llegar en buen estado de ánimo y volcar todo lo que les quede en hacer un llamamiento decisivo. Además, no sólo el candidato aprovecha esta oportunidad. También los equipos de campaña, todos los militantes y voluntarios de base, realizan un llamamiento al voto personal a través de diferentes formatos y herramientas, que pasan por vídeos, mensajes de whatsapp, correos y DMs en Twitter y mensajes privados en Facebook… La partida no está echada del todo y saben que mover una ficha también puede sumar. Aquí, cada agrupación, asamblea o territorio, cuenta.
Los últimos vídeos
Los equipos de campaña tienen mucho y todo que ver. Las ideas fluyen de manera colectiva, dibujan guiones en función de la evolución de la campaña y generan nuevos contenidos virales con la esperanza de poner toda la carne en el asador cuando ya está todo echado. No es un grito a la desesperada, son las últimas ideas de quiénes no tienen nada que perder y lo tienen todo por ganar, aunque ganar no sea el objetivo final de campaña de todas las fuerzas políticas. No nos equivoquemos. Las dificultades en este tramo de campaña son muchas, porque ya sólo les queda un último mensaje que emitir, y ese mensaje debe tener como principal recurso la humanización, el sentimiento, la emoción.
Los últimos hashtags
Twitter tendrá un papel especial el último de la de campaña. Desde el primer instante, la guerra de hashtags será la que marque el ritmo del día según quiénes y como participen. Seguramente se vea escenificado un gran equipo con músculo fruto de muchas horas de reflexión y pensamiento, también de organización y coordinación. Seremos bombardeados por una nube de hashtags que utilizarán todas las fuerzas políticas y candidatos. Y la utilización de estos hashtags definirá, al final del día, el resultado de una posible foto electoral previa a los resultados oficiales.
La última oportunidad
Cuando se le pregunta a la maestra y consultora política mexicana Gisela Rubach, por esta campaña , se sincera comentando que no se ha destacado un mensaje concreto y por candidatos que abandere ese cambio de era. Tampoco ella ha visto reflejado ningún eje estratégico diferencial. Y considera que las cuestiones internacionales han sido abandonadas del discurso político de candidatura. La última oportunidad de esta campaña electoral es esta, es ahora, es hoy. Es en este instante cuando caben todos los agradecimientos posibles a cada uno de los equipos que han trabajado en cada una de las fuerzas electorales.
Para los candidatos, la última oportunidad es ahora. Ya no habrá espacio para el mañana, o sí, pero no de la misma manera. Antaño, el remate final en la guerra, o el golpe final de un duelo, eran necesarios para decantarse o elegir de manera definitivamente al líder que sobrevivía. Al líder más fuerte. En este instante, no seremos testigos de ningún golpe final simbólico puesto que, para avanzar, será necesario el cruce de decisiones e intereses de más de una fuerza política, la imposición de condiciones y la colección de negociaciones a posteriori. Esta batalla es de ideas, no de fuerza.
Quince días después del inicio de la campaña electoral se puede llegar a percibir que la sociedad española está más despistada que al inicio de campaña. En el último minuto, ya no queda instancia para la indecisión, pero sí para la imprecisión. La duda aún está presente. El próximo 20 de diciembre nada será lo que parece, tampoco lo que quizás nos hayan contado. Pero todo puede llegar a ser posible.
“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”
Victor Hugo