De Cerca
Como en la era de Trujillo… la era de Berlusconi…
A priori, puede que Berlusconi nada tenga que ver con el Jefe que tuvo la República Dominicana de 1930 a 1938 y de 1942 a 1952, aunque la pesadilla no terminase hasta 1961. Rafael Leónidas Trujillo puede que tuviese un semblante correcto y caballeroso, pero se escondía tras él la máscara del horror, del miedo. ¿Su debilidad? Las mujeres, como Berlusconi, pero no todas: si son vírgenes mejor y si tienen 14 años «mándamelas enseguida, que quiero sentirme hombre». Hombre probablemente es lo que quiera sentirse el primer ministro de la república italiana a su edad. Muchos capítulos con niñas son ya los que lleva este dirigente sin cabeza, este magnate sin pelos en la lengua cuando se trata de discriminar, marginar y humillar. Podrá «hacer de oro» a las niñas que se lleve a la cama comprando su silencio, pero tarde o temprano salen a la luz sus aventuras bien pagadas y sobornadas. Una actividad que nada tiene que ver con la política y que incomprensiblemente no le afecta en su proyecto de gobernabilidad, si se le puede llamar proyecto. A Trujillo no le afectó porque impuso una política dictatorial de lo más inhumano y asesina, violando a niñas, mujeres e hijas de sus ministros, y comprando a todo aquel que se ponía por delante. No le afectó hasta que lo mataron. Berlusconi esquiva piedras, una y otra vez, que quizás califique de irrelevantes e inoportunas. Hasta que un mármol tallado con fino descuido, como tallaba Miguel Ángel, le caiga con todo el peso… La Fiesta de este Chivo también estará por terminar algún día…
6 comentarios
Ángela Paloma Martín (Author)
Querido Bomarzo,
Hay muchas cosas que no entendemos de este dirigente. Lo sorprendente es la opinión que tienen los italianos de su dirigente, pero es lo que suele pasar cuando «Berlusconi se va de compras»
Un fuerte abrazo
Bomarzo
Sinceramente, no entiendo que este tipo pueda tener el mismo peso político en el seno de la UE que el resto de sus colegas. En ningún país serio y democrático se toleraría un escándalo de este tipo, pero Italia es otra cosa. Y eso, esa idea que de es ‘otra cosa’ es un tremendo problema, porque se interioriza, se relativiza y normaliza. Y cómo se puede normalizar una cosa así!!
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