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Campaigns & Elections: UN PASEO HACIA LAS MUNICIPALES EN ESPAÑA

¿TIENE importancia la comunicación online en las elecciones municipales? ¿Apuestan los candidatos por la comunicación en Internet? Estas y algunas preguntas más son las que se intentan responder en el artículo que Campaigns & Elections ha tenido el gusto de publicar. Son tres casos totalmente diferentes, un recorrido a lo largo de España de sur a norte, que no de norte a sur. Un artículo un tanto diferente pero espero os resulte interesante…

 

Pág. 47. Número 16. Campaigns & Elections

Pág. 47. Número 16. Campaigns & Elections

 

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Un paseo hacia las municipales

España. Un punto de inflexión en las elecciones municipales de mayo de 2011. La importancia de la comunicación online

“Sabemos unas cuantas cosas precisamente porque renunciamos a saberlo todo. No es más sabio quien pretende saber más, sino quien mejor conoce lo que no puede saber”.

Exacto, ya lo decía Fernando Savater en el El jardín de las dudas, en esa obra donde se establecía un diálogo permanente entre los protagonistas, el sabio Voltaire y una aburrida Carolina de Beauregard, noble y Condesa de Montoro, que pasaba sus días en un pueblo simplón. Sí, así es, en las calles del antiguo Madrid. Y así es como se establecía una conversación entre dos personas lejanas que apenas se conocían y cuyas vidas diferían aunque ambas divagaban en muchos momentos. Las redes sociales aún no habían llegado en el siglo XVIII, o quizás sí. O no, qué va. Porque, ¿había una conversación en la Europa de ese siglo entre las jerarquías? Savater dice en su cita, “sabemos unas cuantas cosas porque renunciamos a saberlo todo”. Pues sí, los políticos de aquella época renunciaban a saber más, sencillamente porque no sólo evitaban saber lo que opinaba el pueblo, sino porque incluso pensaban que no tenían derecho a opinar, por ser quiénes eran, por haber nacido plebeyo, miserable, pobre. Renunciaban a saberlo todo, pero a los políticos del siglo XVIII no se les hubiese ocurrido decir que sólo sabían unas cuantas cosas, pensaban que lo sabían todo por ser quienes eran, por ser de sangre azul o noble. Por ser, quiénes eran y venir de dónde venían.

Empieza el viaje

Un coche que parte de alguna ciudad sin rumbo a ninguna parte. Mentira. Ese coche sabe perfectamente a dónde va. Tiene destino y también fecha. Rumbo a las elecciones municipales del 22 de mayo. Como una atleta que va a cruzar esa línea blanca de salida tras el “preparados, listos, ya”, así se siente Elisa a punto de arrancar ese coche, del mismo modo que se deben sentir los candidatos que se presentan a las elecciones en los más de 8.000 municipios en España. Espera -se dice, con el semáforo aún en rojo-, no aceleres todavía, metiste la primera demasiado pronto… Curioso, ella misma se lo dice todo. Sabe que, una vez que acelere, ya no habrá retorno. Después de la primera irá la segunda, la tercera, la cuarta, la quinta… hasta que ese coche, que se le hace demasiado grande, comience a rodar suavemente. Y ya no habrá vuelta atrás. Ya no. Sabe que de ella depende el que le dé tirones durante el viaje o el que la temperatura empiece a subir demasiado. Sabe que de ella depende que su vehículo le responda como espera, porque ella es la que lleva el volante, la que deberá girar a la izquierda o a la derecha, según le pida el camino. Ella es la que debe controlar la dirección y la velocidad hasta llegar a su destino.

Elisa conducía suavemente por la carretera mientras pensaba en cuán diferentes serán las campañas este año en las localidades españolas. Recordaba las palabras de Joan Navarro, vicepresidente y director senior de public affairs en Llorente & Cuenca: “no hay cambio social o tecnológico que no influya en una campaña”. Muy cierto: desde aquel lejano, pero cercano, siglo XVIII los cambios han sido numerosos y brutales, sobre todo en lo que se refiere a la política. Todos los cambios sociales implican un cambio en la manera de hacer campaña en unas elecciones, porque éstas deberán adaptarse al comportamiento de la sociedad. ¿Y dónde está la sociedad hoy? En la calle, sin duda, pensaba Elisa mientras conducía, pero también está en Internet.

En España, ya usamos ordenador habitualmente un 46,6% de la población con más de 14 años, según el último informe “navegantes en la Red” de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación. El 89,9% de las personas que están en Internet, usan la red social Facebook, un 21,9 Twitter y un 10,2 Flickr. Además, el 53,5% usamos las redes sociales desde el dispositivo móvil. Un fenómeno en el que hay que reparar. Sin duda la sociedad ha cambiado, su comportamiento también y sus formas de consumo aún más.

El consultor de comunicación política, Antoni Guitiérrez-Rubí, dice que “las redes sociales van a ser imprescindibles en estas elecciones porque la gente se ha ido a vivir a ellas” y “si se quiere llegar a la gente, los políticos tienen que dejar un poco sus sedes e ir a las redes sociales”. Sí, pero ¿qué gente? Los municipios en España son muy diferentes, algunos con lengua propia, con costumbres diferentes, al igual que su cultura, y también las edades de sus habitantes implican una diferencia. Existen desde municipios envejecidos y rurales, hasta las grandes urbes, como la capital, localidades pesqueras, agricultoras, ganaderas, industriales… Sin duda este país es un entramado de territorios muy complejos por su localización y orografía marcados por una historia. Pero no todos los territorios son iguales: cada uno se comporta de una manera, por sus orígenes y porque la demandas de los ciudadanos también son distintas, porque distintos son entre ellos, y más aún con la llegada de la inmigración donde la interculturalidad es ya una realidad incontrolable. Incontrolable, sí, pero bella. Una campaña online no debe ser la misma en todos los municipios, ni con la misma intensidad de comunicación y penetración. Elisa pensaba que sí, las redes sociales pueden marcar un punto importante, aunque, quizás, no esencial. Y posiblemente el uso de las redes sociales en España sea un punto de inflexión en la comunicación política a día de hoy.

Julie Barko, ex directora del Institute for Politics, Democracy & The Internet en la George Washington University, afirmaba en una entrevista en el periódico digital lainformación.com que “los políticos que usen de una forma eficiente Internet van a ganar”. Nunca habrá dos campañas iguales. Internet va a ser una herramienta más donde los políticos tienen una gran tarea, por muy pequeña que sea la localidad que vayan a gobernar. Decía Savater que “sabemos unas cuantas cosas precisamente porque renunciamos a saberlo todo”; en estas elecciones los políticos no podrán saberlo todo, pero al menos no deben cerrarse a saber un poquito más de su pueblo, de su ciudad: la respuesta pasa por escuchar a sus ciudadanos allá donde estos se encuentren, sean como sean y tengan la edad que tengan.

Casabermeja, Málaga

El mar Mediterráneo baña la costa. El sol ilumina sus aguas y éstas parecen iluminar al mundo. Elisa se introduce en los salerosos montes de la provincia de Málaga. Ya está en Casabermeja, una localidad andaluza gobernada por Antonio Domínguez, político de Izquierda Unidad (IU). Una localidad llena de vida, como sus gentes y sus calles. Calles llenas de flores en los balcones de esas casas encaladas, blancas, puras, limpias y de amplios patios de esa extensa Andalucía en el sur de España. Por la noche, los farolillos negros iluminan esta localidad de algo más de 3.500 habitantes. El folclore, la gracia y la sonrisas de sus gentes, se encargan de iluminarla de día. Eso es lo que tiene Andalucía siempre, gobierne quien la gobierne: alegría.
Manuel Fernández Martín es el candidato del Partido Popular (PP). Un licenciado en historia del arte de 37 años que ha decidido dejar la vida histórica para intentar construirla en el presente a través de la política en esta localidad.

El soporte que prefiere Manuel a la hora de comunicarse con su electorado es la propia persona, el tú a tú físico: “no hay mejor medio que hablar y sentir directamente”. Sin embargo, ha apostado por otro método más rápido: Internet. El PP de Casabermeja empezó a utilizar la web entorno a los años 2004 y 2005. Después, incorporaron un foro participativo para que los ciudadanos opinasen. Y, más tarde, apostaron por las redes sociales y estar activos en Tuenti, Facebook, Twitter y YouTube, donde está el 10% de la población. Este dato, pensaba Elisa, es muy importante. El candidato, o el equipo electoral, debe saber qué porcentaje de la población está interactuando en las redes sociales antes de definir una estrategia online para la campaña. De nada sirve estar por estar si no hay un contenido que compartir con alguien. Es más, deben saber no sólo cuántos están, sino qué tipo de personas están: jóvenes, mayores, hombres, mujeres, trabajadores, estudiantes…

Manuel cree que este año la campaña va a estar muy enfocada a la Red por el nivel de participación del elector en ella. Además, piensa que el político no pierde credibilidad por estar en la Red. Es consciente de que, comunicando en Internet, no llega a todos su mensaje. En Casabermeja, hay un porcentaje muy elevado de personas mayores que no manejan un ordenador. Estas personas son hijas de una dictadura y de una transición, personas que recibieron una escolarización escasa y cuyo crecimiento personal ha sido lejos de una oficina. Manuel está convencido de que este dato se invertirá: “llegará un punto en que la mayoría de la sociedad andaluza utilice la Red”.

Argamasilla de Calatrava, Ciudad Real

Elisa pone de nuevo en marcha su coche. Ahora rumbo al corazón de España, a la tierra de Cervantes, a la tierra de Don Quijote de la Mancha. Ahora son los olivos y la vid el paisaje que acompaña a Elisa: aceituna y vino. Ya está en la Comunidad Autónoma de Castilla – La Mancha, en la provincia de Ciudad Real. Su color es el oro, el oro de la espiga, el oro del cereal que invade los campos de Calatrava. Argamasilla es un pueblo bonito, puro pueblo castellanomanchego, de unos 5.770 habitantes. Aquí todo el mundo se saluda por el mote familiar. Todo el mundo se conoce y, al verse, se paran para preguntar por los achaques de la vida, por cómo está la familia, por lo grande que se puso el niño ya. Da igual si ayer te vieron. Hoy y es hoy, y se vuelven a parar a hablar. ¡Ah! Y si no te conocen, enseguida preguntan: “niña, ¿y tú de quién eres?” Curioso en verano, donde la gente hace vida en la calle entorno a un corrillo de vecinos para tomar “el fresco” y, de nuevo, ponerse a charlar.

Argamasilla de Calatrava está gobernada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Su alcalde en estos momentos es Fernando Calso, un político cuya afición es la pesca que deja su candidatura en manos de una mujer y madre de dos hijos: Jacinta Monroy. Es abogada de formación e hija de un matrimonio que ha dedicado su vida al negocio familiar en el sector de la alimentación con la venta de fruta. La candidata socialista quiere estar pero demuestra tener algunos miedos a la hora de apostar por la comunicación online, sobre todo en las redes sociales. Sin embargo, ha decidido estrenarse con una página web que aún está recién salida del horno y la que necesita algún que otro retoque (www.psoeargamasilla.es). De momento, Argamasilla de Calatrava ve la comunicación online con cierta prudencia. Es una herramienta que aún está en pañales en esta localidad y la candidata socialista prefiere que la gestionen profesionales a que sea gestionada por ella misma. Por eso está receptiva a escuchar cualquier tipo de propuesta que sea capaz de conectar con su electorado. Cuidado con esto: hay perfiles de políticos en Twitter que son gestionados por personas que escasamente conocen al candidato en cuestión, un detalle que poco le beneficiará a éste en campaña, mermando su comunicación, su mensaje y, con él, su credibilidad. Consejo: elige bien a quienes te asesoran. Castilla – La Mancha, a nivel autonómico, a dicho “Sí”. Exacto. Esa ha sido la campaña iniciada en las redes sociales para ganar la confianza, quizás perdida, de sus gentes: “Hay muchas razones para decir Sí a Castilla – La Mancha”. Una campaña que no está huérfana: todos los municipios están diciendo “Sí”, aunque algunos con más “respeto” que otros. Y también “Sí” a la redes sociales, por pequeña que sea la localidad.

Santander, Cantabria

De ese dorado corazón de España, a la verde espesura que arropa la húmeda Cantabria. Un paisaje esperanzador, como el color que caracteriza a esta tierra; eso es lo que ahora acompaña a Elisa. Se dirige hacia Santander, tierra de mar y de Puerto que mira al frente. Santander, una ciudad de más de 180.000 habitantes donde gobierna actualmente Iñigo de la Serna, del Partido Popular (PP). La candidata que ha decidido apostar por la ciudad de la mano del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es Eugenia Gómez. Una mujer joven y con garra, una recién estrenada mamá enganchada a Facebook. Es en esta red social donde interactúa con la gente. En Twitter Eugenia también está por esa “comunidad twittera” que dice existir en Cantabria y la cual tiene muchas inquietudes que le interesan. Además, también tiene blog: espacio virtual que permite una “reflexión” más extensa que Twitter: “en determinadas ocasiones, o con determinaos asuntos, los 140 caracteres son escasos.

“Mucha”. Ese es el grado de importancia que Eugenia le da a la comunicación online en esta campaña electoral donde tiene mucho que ganar. “Mi apuesta es firme y permanente”, dice. Curiosa la expresión que revela la candidata: “esto te lo crees o no vale”. Cierto: hay que entender el lenguaje online y la forma de interactuar con tu electorado antes de decir “yo quiero estar en Internet”. Y, sobre todo, lo más importante: creer en ella. La socialista defiende con saña su teoría, algo que podemos denominar como las “4ces”: “a través de las redes sociales puedes Conectar con más gente, Conocer sus preocupaciones, demandas y propuestas, -permite- ser más Cercano y eliminar ciertos ‘estereotipos’ que rodean a los políticos, y puedes Convencer (al menos intentarlo). La web social es diálogo y la política también”.

Al escuchar estas palabras, Elisa recuerda la cita de Savater. Eugenia es de esas políticas del siglo XXI que antes de apostar por una comunicación, escucha las inquietudes y las demandas de los ciudadanos. De hecho, cree que este tipo de comunicación aporta más cercanía si cabe para con el ciudadano: “si tú estás escuchando, dialogando y solucionas algún problema que te traslade un ciudadano a través de Internet, de hecho, ganarás credibilidad”.

Fin del viaje

Los primeros rayos de luz ya se habían colado sin invitación por la ventana de Elisa. Tímidos, se fijaron en sus ojos que poco podían hacer por despertarse. Elisa giró la cabeza aún adormilada para evitar el destello. Intentó despegar primero uno. Después, y con más calma, el otro. Y con una sonrisa vaga en su rostro, pensó sin decir en alto: “llegó el día”.